«El Pillo»: Un ícono del Carnaval en Izúcar de Matamoros

Escrito por: Milton Andrés García Anaya

Dentro de la tradición del Carnaval de Izúcar de Matamoros, pocos nombres resuenan con tanta fuerza como el de Emilio Rojas Mejía, mejor conocido como «El Pillo». A sus 47 años, se ha convertido en un referente del Carnaval, liderando una de las cuadrillas más icónicas del municipio y trabajando incansablemente por mantener vivas las costumbres de esta festividad.

Don Emilio ha dedicado gran parte de su vida a preservar una de las tradiciones más emblemáticas del carnaval izucarense. Aunque comenzó a bailar a los 28 años, su amor por los Huehues nació desde niño, cuando observaba a “El Chacón”, un reconocido Huehue de su barrio, San Martín Huaquechula. Sin embargo, debido a las responsabilidades familiares y laborales, no pudo unirse a las cuadrillas hasta años después.

De niño soñó con ser Huehue; hoy es un ícono que preserva la tradición

El punto de inflexión llegó cuando, siendo mayordomo del Barrio de Santa Cruz Tecoxco, invitó a los Huehues a bailar. Fue en ese momento que decidió dar el salto y convertirse en uno de ellos. Con la ayuda de Don Vicente Osorio Gutiérrez, un experimentado jefe de cuadrilla, Don Emilio comenzó a confeccionar su traje, un proceso que le tomó entre tres y cuatro meses. Desde la compra de las telas en Parisina hasta la adquisición de su máscara en Huejotzingo, cada detalle fue cuidadosamente seleccionado.

Con su atuendo listo, Don Emilio aún no tenía cuadrilla. Fue entonces cuando un compañero de trabajo lo presentó con «El Cuiji», líder de una cuadrilla en San Juan Piaxtla, donde debutó con gran éxito gracias a su vestimenta tradicional. Con el tiempo, su trayectoria lo llevó a formar parte de la cuadrilla de «La Juana». A lo largo de los años, Don Emilio se mantuvo firme en la cuadrilla de «La Juana», a pesar de que algunos integrantes iban y venían. Conforme los conflictos dentro del grupo crecieron, él tomó un papel más activo, apoyando con audio, logística e incluso organizando la acabada. Fue en este proceso que la gente comenzó a referirse al grupo como «Huehues del Pillo», identificándolo a él como su líder, aunque Emilio siempre ha reconocido sus inicios con «La Juana» y «El Cuiji».

La cuadrilla del Pillo: Alegría, respeto y legado para las nuevas generaciones

Para Don Emilio, ser Huehue es más que un pasatiempo; es un compromiso con la comunidad y una forma de preservar la cultura izucarense. Su cuadrilla, integrada por entre 18 y 20 parejas, se ha convertido en un referente del carnaval, no solo por su destreza en el baile, sino también por su ética y respeto. En la cuadrilla del Pillo no se permite el consumo de alcohol, y se fomenta la inclusión de niños y jóvenes, quienes encuentran en esta tradición una alternativa sana y divertida.

«Prefiero que los jóvenes estén bailando con nosotros, disfrutando, en lugar de caer en vicios», menciona.

Para Don Emilio, el Carnaval es alegría, fiesta y un legado cultural que debe preservarse. En su cuadrilla, cada integrante compra y cuida su propio traje, fomentando una sana competencia por mejorar su vestimenta.

Uno de los mayores orgullos de Don Emilio es ver cómo los más pequeños se interesan por los Huehues. La cuadrilla ha visitado escuelas y preescolares, donde han enseñado a los niños los pasos básicos del baile. Estas experiencias han dejado un legado invaluable, con varios niños uniéndose a la cuadrilla y asegurando que la tradición continúe.

Doña Gloria: La mujer que respalda la cuadrilla y asegura su continuidad

Detrás de todo gran líder hay un equipo que lo respalda, y en el caso de Don Emilio, ese apoyo fundamental viene de Doña Gloria Chávez Ramírez. Doña Gloria no siempre fue parte de la cuadrilla, pero su acercamiento se dio de manera natural. Todo comenzó cuando, en una fiesta a la que asistió junto a su esposo, los Huehues del Pillo invitaron a bailar a su esposo y este se enamoró de la tradición uniéndose a la cuadrilla, mientras que Doña Gloria, acompañada de su nieta Nefertiti, entonces de 4 años, comenzó a asistir a las presentaciones.

Con el tiempo, Doña Gloria no solo se convirtió en una espectadora más, sino en una pieza clave para la cuadrilla. Cuando los problemas de salud de Don Emilio lo obligaron a reducir su participación activa en el baile, Doña Gloria asumió el rol de representante y organizadora. Su dedicación y compromiso han sido esenciales para mantener el funcionamiento de la cuadrilla, asegurando que todo esté listo para cada presentación, desde el equipo de audio hasta la logística de las salidas.

Además, Doña Gloria ha sido un puente entre la cuadrilla y las nuevas generaciones. Su nieta, Nefertiti, fue una de las primeras niñas en unirse a los Huehues del Pillo, convirtiéndose en una sensación entre el público. Este hecho inspiró a otros niños a sumarse, demostrando que la tradición no tiene edad ni género.

Fotografía tomada del facebook Huehues del Pillo

El traje de Huehue: Una tradición con alto valor

El atuendo de un Huehue es un reflejo de la dedicación de cada danzante. Don Emilio explica que un traje completo puede costar hasta 15 mil pesos y debe incluir:

  • Chaquetín, calzón y corpiño
  • Sombrero de palma adornado con plumas y espejos
  • Paño sol bordado, careta o máscara
  • Pañuelos, botines, calcetas rayadas y castañuelas

Mientras que las telas tradicionales eran cabeza de indio y raso, hoy muchos optan por el satín, aunque Emilio recomienda el raso, ya que el satín tiende a desgastarse con el tiempo. Además, menciona que el corpiño y el paño sol los adquirió en Huejotzingo, ya que en la región es difícil encontrar bordadores especializados.

Fotografías cortesía Yuziri Alexa Rosas Mejía

El Carnaval y su evolución musical

Cuando Don Emilio comenzó a bailar, la música predominante en el Carnaval era la tropical, aunque, según cuenta, los Huehues más antiguos como Don Vicente Osorio, «El Chacón» y Los Paredes bailaban al ritmo de música de cuerda y de banda. Aunque su cuadrilla ha adaptado algunos pasos a ritmos modernos como la cumbia sampuesana, Emilio ha trabajado en rescatar bailes tradicionales como la jota, las taragotas y el baile de la iguana, aunque reconoce que no todos los jóvenes tienen interés en aprenderlos.

Un legado que trasciende el carnaval

Don Emilio reconoce que el carnaval ha evolucionado con el tiempo. Originalmente, los Huehues solo salían los tres domingos previos al Miércoles de Ceniza. Sin embargo, debido al crecimiento de la ciudad y la demanda de la gente, ahora también bailan durante la semana previa al Domingo de Ramos, respetando siempre los Viernes de Cuaresma. Además, han logrado romper estereotipos, demostrando que los Huehues no son solo una tradición de los barrios, sino un símbolo de identidad para toda la comunidad izucarense.

Aunque Don Emilio ya no baila tanto como antes, su pasión por los Huehues sigue intacta. Ahora, desde el equipo de audio, disfruta viendo a los jóvenes de su cuadrilla brillar en cada presentación. Entre sus canciones favoritas para bailar destacan “El cigarrillo de Elena” y “El Tamborilero”, melodías que lo transportan a sus mejores momentos en el carnaval.

Reconocimiento y expansión del Carnaval en Izúcar

Uno de los mayores logros de «El Pillo» ha sido la apertura de espacios en el Centro de Izúcar, permitiendo que los Huehues bailen en lugares como el Parque Pavón, el Zócalo y Casa Colorada, rompiendo con la antigua restricción de celebrar la festividad únicamente en los barrios.

Además, su cuadrilla ha representado a Izúcar en distintos eventos, destacando su participación en el Carnaval de Huejotzingo (2022), así como en presentaciones en Puebla, Atlixco y Cuautla, Morelos. También han recibido invitaciones para presentarse en Oaxaca, el Estado de México y Chinantla, aunque los costos de traslado siguen siendo un desafío.

El origen de un apodo que lo define

Finalmente, Don Emilio revela el origen de su apodo, “El Pillo”. Todo comenzó cuando, a los 7 años, imitaba al famoso payaso Cepillin mientras trabajaba con su padre. De “Cepillin” pasó a “El Pillo”, un nombre que hoy es sinónimo de tradición, alegría y orgullo izucarense.

Fotografía cortesía Alexis Luciano Herrera Ayala

Un legado que perdura

A pesar de los retos, Don Emilio sigue impulsando la tradición con el mismo entusiasmo de siempre. Aunque ha decidido reducir su participación en el baile para dar paso a los más jóvenes, sigue presente en las presentaciones, seleccionando la música y asegurando que cada detalle esté en su lugar.

Su mayor satisfacción es ver que la tradición de los Huehues ha perdurado y sigue creciendo. «Mi objetivo siempre ha sido realzar el Carnaval, que los niños crezcan con el recuerdo de lo que es ser un Huehue», expresa. Con su legado bien cimentado, espera que su cuadrilla continúe con su misión de preservar esta expresión cultural, que ha trascendido generaciones y fronteras.

Fotografía cortesía Alexis Luciano Herrera Ayala

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